María Laura Montoya Upegui (Español)

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Uno de los modelos más fuertes para las niñas en América del Sur en las últimas décadas ha sido Laura Montoya, una monja colombiana que fue canonizada por el Papa Francisco el 12 de mayo de 2013.

María Laura Montoya Upegui nació en Jericó, Colombia en 1874, justo antes del inicio de la guerra civil colombiana, en la que su padre fue asesinado. Esto dejó a su familia, sin nadie que les proveyera. Laura fue enviada a vivir con su abuela, y ahí estaba muy sola y se sentía abandonada por su familia. Pasó mucho tiempo en oración y leyendo la Escritura aún siendo tan niña para superar esta soledad.

A medida que la niña crecía, su madre necesitaba ayuda financiera y quería que su hija se formase como maestra de escuela para ganar dinero. María fue enviada a enseñar a los pueblos indígenas de Colombia y con el tiempo comenzó a trabajar como misionera entre ellos enseñándoles la fe católica también. Muchos colombianos veían a los indígenas como inferiores a los humanos, pero Laura sabía que esto no era así.

En el momento en que cumplió sus 20 años, Laura tenía muchas ganas de convertirse en monja carmelita de clausura, pero su experiencia como misionera la dejó con el deseo de difundir el Evangelio a los demás, en particular las personas que eran objeto de discriminación, como los grupos indígenas con los que había trabajado. En 1914 fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena. Salió de la ciudad de Medellín, en la que había vivido y viajó a la selva a lomo de mula para vivir entre los nativos que eran los más pobres y más discriminados de la sociedad.

Aunque el obispo apoyó su trabajo, muchos otros cristianos pensaban que el esfuerzo era en vano. Laura ignoró las críticas. Sus escritos espirituales estaban dirigidos a sus monjas, ayudándolas a comprender mejor su llamado a servir a Dios en medio de los pueblos nativos de América del Sur.

Madre Laura, como era conocida por sus hermanas, pasó los últimos nueve años de su vida en una silla de ruedas con mucho dolor. Ella murió el 21 de octubre de 1949, en Medellín. Hoy en día, las hermanas de la orden laboran en 21 países de América, África y Europa.

En la ceremonia de su canonización, el Papa Francisco elogió a Santa Laura por “infundir esperanza” a los pueblos indígenas de la nación y por enseñar en una manera que respetó la cultura indígena. Fue la primera santa de Colombia y es la santa patrona de los huérfanos y las personas que sufren discriminación racial.

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