Festividad: 2 de febrero
Beatificación: 27 de abril de 2003
Veneración: 24 de abril de 2001

María Domenica Mantovi nació en 1862 en una pequeña villa italiana. Dos cosas siempre fueron importante para María: su amor por Dios y su deseo de ayudar a los demás. Su párroco, el Beato Guiuseppe Nascimbeni, la animaba a que enseñara clases de religión a niños pequeños, a que visitara a los enfermos, y a unirse a las actividades parroquiales. María le pidió a nuestra Madre Santísima que la guiara en todo lo que hacía.

Con la ayuda de María, el Beato Nascimbeni fundó una orden religiosa de mujeres cuando María tenía 30 años de edad. Se llamó la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia. María recibió el nombre de Madre María de la Inmaculada, pero todos la llamaban simplemente “Madre”. La orden se dedicaba a construir una fuerte comunidad parroquial y a cuidar de las necesidades de los demás a través de las obras de misericordia corporales y espirituales.

La Madre María se hizo la superiora de la nueva orden. Fue un ejemplo de piedad para las otras monjas. Ella entrenó a las monjas jóvenes a llamaba a todas las hermanas sus “hijas”.

Los ciudadanos de su pueblo amaban a Madre María. Venían donde ella para que los aconsejara y para pedirle sus oraciones. María y sus hermanas servían a los pobres, los huérfanos enfermos y ancianos, y a cualquiera que tuviera necesidad.

Madre María a menudo comparaba su “pequeñez” con la grandeza de Dios. Ella confiaba que Dios la ayudaría a cumplir la obra que Él le había mandado hacer.

Murió en 1934, y el Papa Juan Pablo II declaró a Madre María “Beata” en 2003. En su homilía de ese día el papa dijo que la Beata María siempre fue fiel a la voluntad de Dios. María siguió el ejemplo de Jesús al rezarle a su Padre, “hágase tu voluntad” en el Padrenuestro.

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Grado 3, capítulo 4