Agustín de Hipona (Español)

Augustine_Hippo-170x300_MartiniFestividad: 28 de agosto
Canonización: por aclamación popular


No todos los santos vivieron una vida de santidad desde un principio. La conducta de algunos de ellos fue algo desordenada antes de que el Señor obrara en ellos. La vida indisciplinada de Aurelio Agustín angustiaba a su madre, quien oraba sin cesar para que su hijo se convirtiese al cristianismo. Y, a pesar de que pasó mucho tiempo, sus oraciones fueron escuchadas.

Agustín nació en Tagaste en el año 354 d.C., en la región de África del Norte que en la actualidad corresponde a Argelia. Sus padres Patricio y Mónica tuvieron tres hijos. Patricio era un funcionario y terrateniente romano pagano, y Mónica, quien también sería declarada santa, era cristiana, y a menudo rezaba por la conversión de su familia al cristianismo: La de Patricio sucedió justo antes de morirse en el año 371 d.C., y la de Agustín tuvo lugar muchos más años después.

A Agustín no le gustaba ir a la escuela: pasaba la mayoría del tiempo jugando con sus amigos, y sus maestros lo castigaban a menudo por no saber las respuestas correctas. Fue hasta que descubrió su amor por el latín, que puso empeño en el estudio y que mostró que era, sin duda alguna, muy inteligente. Patricio quería que su hijo fuera maestro y que trabajara para el gobierno romano, y Agustín accedió a los deseos de su padre. Sin embargo, lo que quería realmente era dar clases en Milán, en Italia, en donde, en su opinión, los estudiantes querían aprender, respetaban a sus maestros, y valoraban la educación.

En Milán, los sermones del Obispo Ambrosio le impresionaron de tal manera, que Agustín decidió recibir el bautismo en la Iglesia Católica en el año 387 d.C. Durante más de 30 años después de su conversión, sus palabras fueron instrumento para que la gente conociera a Dios y se acercara a Él. Agustín fue ordenado sacerdote y consagrado Obispo en África del Norte, donde murió en el año 430 d.C.

Las meditaciones de Agustín sobre el misterio de la Santísima Trinidad nos resultan aún un recurso valioso, y también escribió un famoso libro titulado La Ciudad de Dios, que explica la diferencia entre la vida terrenal y la eterna, así como otro titulado Confesiones, que mucha gente aún lee. Agustín nos ayudó a comprender que Dios es paciente y amoroso, y que quiere que vivamos con Él por toda la eternidad.

San Agustín de Hipona es Doctor de la Iglesia, y es el santo patrón de los impresores, de los cerveceros y de los teólogos.

Conexión a Sean mis Discípulos®
Grado 1, Capítulo 1
Grado 4, Capítulo 17

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